El impacto de la gestión inadecuada de las emociones al conducir

Conducir es una actividad que requiere de una total y plena atención, así como también del cien por ciento de las capacidades para tomar decisiones rÔpidas y precisas. Sin embargo, una gestión inadecuada de las emociones puede genera un impacto severo en la seguridad vial. Emociones como la ira, la frustración, el miedo, la tristeza y hasta la misma felicidad pueden influir negativamente en las reacciones de los conductores ante la ocurrencia de distintas situaciones en las carreteras.

Dentro de los aspectos mas relevantes que pueden afectar la gestión inadecuada de las emociones encontramos:

  1. Aumento del Riesgo de Accidentes

Emociones como la ira, pueden surgir fÔcilmente en un simple recorrido de la casa al trabajo mientras se conduce. Un conductor enojado puede tomar decisiones imprudentes, como exceder los límites de velocidad, realizar acciones en la vía sin informar sus decisiones (uso de direccionales, pitos, luces) o simplemente no respetar las señales de trÔnsito. Este tipo de acciones podrían aumentar significativamente el riesgo de siniestros viales. Según algunos organismos de control de trÔfico y seguridad vial, uno de los aspectos que aporta a las estadísticas de siniestralidad vial es la agresividad al volante.

  1. Disminución de la Capacidad de Reacción

Encontrase en un estado de ansiedad y estrés puede disminuir la capacidad de un conductor para reaccionar rÔpidamente ante situaciones imprevistas. Cuando una persona se encuentra emocionalmente perturbada, su capacidad de atención se dispersa, sus reflejos se ralentizan y se compromete la suficiencia para la toma de decisiones informadas. Estos aspectos pueden conllevar a una respuesta tardía ante peligros repentinos, como la aparición de un peatón o un vehículo que frena bruscamente.

  1. Fatiga Emocional y FĆ­sica

Una gestión inadecuada de las emociones tambiĆ©n puede llevar a la fatiga emocional y fĆ­sica. Sentimientos como la tristeza o la depresión pueden convertirse en extractores de la energĆ­a de un conductor, disminuyendo de su capacidad de  alerta, convirtiĆ©ndolo en una persona mĆ”s propensa a cometer errores. La fatiga emocional puede derivar de manera directa en una fatiga fĆ­sica, llevĆ”ndola a ser tan peligrosa como la fatiga fĆ­sica, una gestión inadecuada de las emociones y la salud puede reducir significativamente la capacidad de un conductor para operar un vehĆ­culo de manera segura.

  1. Impacto en la Toma de Decisiones

Emociones tan intensas como la ira, la tristeza y la misma felicidad pueden nublar el juicio de un conductor y llevar a decisiones impulsivas y peligrosas. Estas emociones generan picos tan altos, los cuales van acompañados de la generación de una serie de sustancias químicas en el organismo que podrían llevar a un conductor a tomar decisiones de manera inapropiada e impetuosa, Por ejemplo, un conductor que experimentan una situación que genera altos niveles de estrés puede optar por hacer cambios en las rutas determinadas, considerando que estas son mÔs rÔpida, sin contemplar los factores de seguridad, o simplemente puede generar una disminución en la percepción de riesgo al ante cualquier maniobra de otro actor vial.

Gestionar las emociones es una necesidad para la vida diaria y así también para la conducción, esto puede marcar la diferencia entre una conducción segura y un siniestro vial. Para gestionar las emociones se pueden implementar técnicas como la respiración profunda, escuchar música relajante y ante todo una adecuada planificación del viaje, contemplando las rutas principales y alternas, determinando las paradas y ante todo los tiempos destinados para los recorridos, estas actividades pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad al conducir. Al reconocer y abordar las emociones de manera adecuada, los conductores pueden mejorar su capacidad para mantener el control y tomar decisiones seguras en todo momento.

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